lunes, julio 25, 2005

Una línea delgada

Hablaba el otro día del concepto de sexualidad diferente que existe en Japón. Si uno se fija la mayor parte de los mangas o animes que nos llegan tienen como protagonistas muchachas adolescentes o pre-adolescentes. Todas de bastante buen ver y aparentemente accesibles. ¿Un mensaje erroneo? Puede ser, pero no hay ningún país de los llamados "desarrollados" que cuente con el fenómeno de prostitución femenina adolescente como el que hay allí.

En efecto, las llamadas "relaciones de ayuda" o enjokôsai no son otra cosa que prostitución esporádica practicada por jóvenes japonesas; el matiz, como en la canción, viene después, ya que según los informes las chicas caen en la prostitución no para cubrir necesidades básicas, sino para tener dinero extra con el que satisfacer su afán de consumo: el bolso de Prada, el cinturón de Moschino, el pañuelo de Hermés, etc. Más aun, Japón es el único país del denominado G7 en el que el número de casos de SIDA debidos a contagio sexual ha aumentado.

Precisamente en la maravillosa película de Hirokazu Koreeda, Nadie Sabe podemos ver una pincelada de esas "relaciones de ayuda", cuando la amiga de uno de los niños protagonistas accede a ir con un adulto a un local de karaoke... para cantar solamente, ella dice. La sexualidad en Japón, como casi todo, resulta compleja y muy diferente para los ojos occidentales.




1 Comments:

Blogger Curro said...

Me sopla mi hermano que, sobre el mismo tema, hay que ver Samaritan Girl, de Kim Ki-duk. Yo no la he visto, pero si alguien sí que cuente su opinión.

1/8/05 12:31 p. m.  

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