domingo, julio 03, 2005

El Sueño de la animación española

Los veteranos lectores de la Minami sabéis que tengo una especial debilidad por la animación española. A pesar de escribir en una revista dedicada casi al cien por cien al anime, me gusta recordar de dónde venimos. La mayoría de nosotros, los otakus treintañeros, crecimos conjugando sin problemas el ver animación japonesa, española, europea o americana. Nos daba igual que la serie de moda fuese Rui el Pequeño Cid, El Bosque de Tallac, Ulises 31, Érase una vez el Hombre, Los Autos Locos, La Abeja Maya, Vicky el Vikingo o Scooby Doo.

Todo eso cambio cuando el nivel de la animación española cayó en picado, allá por finales de los años 80. El público desertó en masa cuando lo que intentaban venderles era Los Fruitis, Los Aurones o Delfy. ¿Qué se pensaban? ¿Qué la gente iba a verlos sólo por ser españoles y ya? Pues no señores D'Ocon y compañía. Primero hay que hacer productos de calidad y luego ver si el público responde. Como ya no había talento, se optó por demonizar a los japoneses y hablar de la "invasión amarilla"; se asustaba a los padres con que los "japos" pretendían lavar el cerebro a nuestros infantes a través de los dibujos animados para... para dominar el mundo o algo así, supongo.

Han pasado los años y parece que la tendencia se invierte poco a poco. Ya el discurso del victimismo ha cedido para lentamente ir centrando los esfuerzos en crear series y películas que interesen al público y punto. Nada más y nada menos. Uno de esos nuevos creadores (nuevo entre comillas, que lleva muchos años en el andamio de la animación) es Ángel de la Cruz, director del nuevo largometraje de animación El Sueño de una Noche de San Juan. A la cabeza del estudio Dygra Films y junto a Manuel Gómez, el bueno de Ángel quiere que el público español vaya a ver animación hecha en España (perdón, en Galicia, que ya no sé si sigue siendo España, tal y como cambian las cosas de rápido en estos días inciertos) sin complejos. Casi consiguió ese objetivo con su film anterior: El Bosque Animado. Éste, si bien no fue un blockbuster aquí (un superéxito), tuvo un paso más que digno por las taquillas y se vendió muy bien fuera de nuestras fronteras.

Desde esta humilde página deseo toda la suerte del mundo a esta nueva aventura de la animación 3D española. Que las salas se llenen y que los DVDs se vendan como rosquillas. Que si no volvemos a la Edad de Oro del la Animación Española, al menos que esto sirva para que nuestros animadores no tengan que irse a Japón, a EE.UU. o a la publicidad para trabajar en lo que a ellos les gusta y a nosotros nos divierte.