lunes, marzo 13, 2006

Errando con el castillo o este castillo es una ruina

He tardado una semana, gomen nasai, en ir a ver la película. Ya se sabe que el otaku propone y Ayukawa dispone, de modo que esta semana he estado ocupado hasta las trancas; no me ha sido posible humanamente hasta hoy domingo el acercarme al cine para ver El Castillo Errante, la última película de ese genio viviente, Hayao Miyazaki, que Tezuka le conserve muchos años entre nosotros.


Debo reconocer que antes de ir a verla cometí el error, justificable por mi impaciencia, de leer la crítica que sobre la misma aparecía en la revista Metrópoli. Es una mala costumbre; te predispone hacia un lado u otro. Es mucho mejor leerlas a posteriori, para ver en que coincides y en donde difieres de la opinión crítico de guardia. Digo que es un error por que no sé ahora si mis impresiones son mías o son prestadas, recuerdos de lo que leí.



Vaya por delante que la película destila arte y oficio desde el primer fotograma, desde el mismo momento que el emblema del Studio Ghibli aparece en pantalla. Toda la riqueza visual, toda la imaginación, todo ese mundo maravilloso que Miyazaki lleva años describiendo está presente en El Castillo Ambulante. Creador de imágenes inolvidables, Miyazaki nos cuenta una historia basada en una novela de la escritora británica Dianna Wayne Jones... y aquí es donde empiezan los problemas. La servidumbre a un texto hace que la historia se enrevese y se atranque una y otra vez. La trama se hace muy pesada a ratos y justamente el despliegue visual, rozando el barroquismo en ocasiones, de Miyazaki no ayuda precisamente a que se aligere la película. La duración de la cinta (dos horas justas) tampoco es una ayuda para el espectador, precisamente.



Resumiendo diré que El Castillo Errante es sin duda una película entretenida, a ratos brillante, pero que no supera el recuerdo que otras obras del Maestro han dejado en nuestras pupilas. En mi gusto particular, queda por debajo de La Princesa Mononoke (ni hablar de Porco Rosso, Totoro o Chihiro, claro), por ejemplo. Pero aún así Miyazaki es de esos pocos directores que hacen que ir al cine siga siendo un placer.

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1 Comments:

Blogger Christian "Samanosuke" said...

¡GENIAL! Es una película magnífica, con un encanto y una animación increíbles.
De acuerdo, no es la mejor del Studio Ghibli, pero supera con mucho a lo que nos llega desde Yankilandia, y se merecía con creces el Oscar.

20/3/06 7:02 p. m.  

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