Memorias de una geisha

Pues sí, ayer pude ver por fin la famosa adaptación de la aún más famosa novela de Arthur Golden del mismo título. ¿El resultado? Entretenido. Pero es que no se le podía pedir más. Si ya la novela peca de "novelera" y de estar destinada al público occidental más... normalito, la película se dedica únicamente a entretener al personal durante más de dos horas. Y a fe mía que no es poco en estos tiempos inciertos

Por lo demás, llama mucho la atención que las tres actrices principales, las tres geishas más aparecen en la historia sean... tres chinas: Zhang Ziyi, Michelle Yeoh y Gong Li (mi preferida; el papel de Hatsumomo (Hatsumono en el libro; ignoro el porqué del cambio) se presta mucho más al lucimiento como actriz, sin duda). Preguntado el director Rob Marshall sobre el asunto dijo sucintamente: "eran las mejores". O sea, que no encontró ninguna actriz japonesa que pudiese dar en pantalla como Sayuri, la geisha más famosa del siglo XX. Bueno, contemplando a la actriz que da vida a Calabaza, Youki Kudo, las otras tres resplandecen como soles, es verdad. Pero, ¿seguro buscaron bien? ¿O es que nunca hubo intención de hacerlo? Eso sí, sale Ken Watanabe.

En resumen: una película que se deja ver pero que tiene de japonesa el envoltorio, sin más. La historia de Sayuri está tratada de la misma manera que la de cualquier chico gringo de pueblo que quiere jugar en la NBA. De alguna manera, Memorias de una Geisha tiene tanto de japonesa como Gisaku de anime.