jueves, junio 02, 2005

Una de cal y otra de arena

Me sorprendo encontrando dos noticias sobre manganime: una buena y otra mala. La "mala" es un estudio hecho por la Universidad de Valladolid comentando, por enésima vez, lo malos que son dibujos como Bola de Dragón para los niños; compara esta serie con otra, David el Gnomo, y demuestra (eso dicen) que la primera es una serie cuyo visionado puede acarrear "graves consecuencias para la formación del pensamiento infantil". Cuentan los sesudos investigadores que, mientras los niños situaban y explicaban los comportamientos de los gnomos, el zorro y toda la fauna de David el Gnomo sin problemas, en el caso de Bola de Dragón (DB) no pasaba lo mismo y poco menos que se hacían un lio con las escenas, personajes, motivaciones y tramas.

Normal.

Es como si comparas churras con merinas. En efecto, aunque las dos sean tipos de ovejas, la finalidad de la una no es comparable con la de la otra. Compara este "estudio" dos series, una de tropecientos episodios (DB) con otra de apenas treinta y pico; una emitida en una época y la otra después; una destinada a niños y la otra a adolescentes; emitidas en horarios diferentes, etc. ¿Qué clase de estudio es ese? ¡Hasta yo tendría problemas para identificar personajes de DB o de intentar explicar porqué Goku es tan lelo o para qué leches Trunks iba y venía del futuro como quien coje el metro. Como siempre los medios de comunicación buscan el titular fácil para asustar a los padres desinformados del mundo.

La "buena" es una reseña de Luis Antonio de Villena en su columna semanal sobre ¡literatura! en El Mundo, publicada ayer de Junio. En ella hacía un elogio de la cultura japonesa, a través de un libro de Haikus recién publicado, y de paso al final nombraba el manga ZetsuAi como una obra más que recomendable si se quiere una aproximación al manga yaoi y a la imagen andrógina que marca un tipo de obras japonesas. Que una manga aparezca reseñado en las páginas de cultura de un diario de tirada nacional me da tal sorpresa que tengo que pincharme con mi pin de P-Chan para convencerme que no es el día de los inocentes.

¡La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida!