sábado, julio 14, 2007

The name of the game: futbol

Para un otaku, es oir la palabra "futbol" junto a la de "Japón" y aparecer en su imaginación la imponente figura (es un decir) de Tsubasa Ôzora (a.k.a. Oliver Atton), vestido con la camiseta de la selección juvenil japonesa, camino al Mundial 2002 o a dónde quieran los guionistas que su carrera le lleve. Claro que la realidad suele ser un poco diferente a lo que el manganime nos cuenta. En el Mundial Sub'20 que se celebra estos días en Canadá, la selección japonesa se había clasificado para octavos de final sin muchas dificultades. En su camino se encontraba la República Checa y parecía que también podrían con ellos: a los 10 minutos de la segunda parte ganaban cómodamente por 2-0. El pase a los cuartos de final estaba al alcance de la mano (y jugando contra España, por cierto) pero, ¡ay! Futbol es futbol, como decía Vujadin, que por lo visto no llegó a entrenar en Japón. Los pipiolos japoneses cometieron dos penaltis de esos que dicen "estúpidos"; los checos empataron y terminaron ganando el partido por penaltis. ¿Y Tsubasa...? En el Barsa, creo. En fin, que los jugadores japoneses volvieron a su país cabizbajos y yo me volví a la tele a ver Hungry Heart: Wild Striker, que al menos en el anime Japón sí que es una potencia.

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