Luces, cámara... (2ª parte)

Pues nada, que nos fuimos a verla y oye, mis peores temores se hicieron realidad: Sergi López fastidia la película totalmente. El papelazo que hace Rinko Kikuchi se ve enturbiado por ese soso, inexpresivo y gordinflas del López. El tio pone la misma cara cuando se le muere la novia, cuando recomienda un vino o cuando echa un polvo. En fin, que la película podría ser maravillosa y se queda en poco por una mala elección del actor protagonista. Una pena por que me encanta el recorrido de Tokio que hace Coixet, muy intimista y alejado de esa imagen de megalópolis incomprensible de, por ejemplo, Lost in Translation. Espero impaciente la adaptación de Tokyo Blues. Norwegian Wood que Kikuchi protagonizará próximamente.